jueves, 21 de julio de 2011

ALBERT EINSTEIN: LA VIDA ME GUÍA Y CONTIENE, ME NUTRE Y ME APOYA. SOY CRÍSTICO FEMENINO EN MI CONCIENCIA. LA VERDADERA GENIALIDAD ES LA DEL CORAZÓN

 

Hace unos días me topé con esta frase de Albert, que muestra lo importante para él, su concepción de la Vida:

Albert Einstein 2“Un ser humano es una parte del Todo, llamada por nosotros ‘Universo’, ser humano que es una parte limitada en tiempo y espacio. Se experimenta a sí mismo, a sus pensamientos y sentimientos, como algo que está separado del resto, del conjunto al que pertenece, en una especie de ilusión óptica de su conciencia. Esta ilusión es una suerte de prisión para nosotros, nos limita en nuestros deseos personales. Nuestra tarea debe ser liberarnos de esta prisión, ampliando nuestro círculo de compasión para abrazar toda criatura viviente y a la naturaleza en su conjunto. Nadie es capaz de conseguir esto completamente, pero esforzarse para conseguirlo es, en sí mismo, una parte de la liberación y una base para la seguridad interior”

Días después de estar hablando Igneón y yo sobre las acciones conjuntas y negativas de los aspectos masculinos de varios yo superiores, en concreto evitando que la Tierra hiciera su movimiento natural de cambio de ciclo, guiada por el femenino crístico, como es su deseo, sentí a Albert delante de mí, así que decidí hablar con él.

Vino fumando su famosa pipa. Se le sentía lindo, bonachón.

Albert

Rowina: Hola Einstein, ¿Cómo estás?

Einstein: Esperando pacientemente el momento de ser escuchado por vosotros, pero no tengo prisa, por eso no has percibido mi energía hasta ahora, porque no he querido importunarte. Además, tú tampoco estabas abierta a recibir a nadie de este lado y yo respeto tu soberanía, Rowina, algo en verdad difícil de conseguir en un ser humano de 3D (en esos días, Igneón y yo pasábamos por una especie de enfriamiento que nos habían dejado muy alicaídos).

Solo quiero aportarte algo importante a ti y a mi buen amigo. Vuestros síntomas no son reales (es decir, no producidos por ninguna realidad). No estáis enfermos, pero sí se está operando en vosotros una asombrosa transformación que tiene a más de uno muy inquieto por estos lados, pues no saben qué va a salir de esa prodigiosa transformación que en vosotros se está dando.

Yo os recomiendo descanso y sabia escucha de vuestro grandioso corazón. Sé que os sentís molestos, adoloridos, con síntomas muy parecidos a una enfermedad. En realidad, y aunque os parezca extraño, es cuando más fuertes y saludables estáis, estáis ganando una batalla muy importante. Estáis quemando todo lazo con el lado paternalista de vuestro Ser Superior. Seguid quemando esa insana relación, pues no es nada saludable.

Ser un ser diferente, un grande de conciencia aplicado a la experiencia humana, no tiene por qué pasar necesariamente por estrecheces de ningún tipo o por conflictos emocionales cruentos que, en realidad, no tienen que ver mucho con uno mismo, sino con ‘pruebas’ puestas por el aspecto paternal de nuestro Yo Superior.

Rowina, si te sirven de algo mis años de observación y experiencia, te puedo decir que estás más sana que una manzana, pues la salud verdadera está a nivel espiritual y tú, a ese nivel, estás muy sana.

Nada de lo que tenéis ahora tú o Igneón (los síntomas que teníamos de resfriado) tiene que ver con nada reprimido en vosotros, NADA tenéis reprimido. No sois perfectos, pues perfecto no se puede ser en un mundo tan polarizado como es el de la 3D, pero estáis muy cercanos a guardar -de forma mantenida- un equilibrio interior que no se viene debajo de forma perdurable, por nada ni por nadie, y eso es SALUD.

Tenéis un poder asombroso, el poder dado por vuestra conciencia crística femenina. Es un poder que aterra por completo a vuestro Ser Superior patriarca y jerárquico, porque sabe que de contactar plenamente con esa parte vuestra, ya no tendrá ningún acceso a vuestra vida, y se quedará sin marioneta a la cual dirigir.

Descansad y sentid, SENTID sin prisa y sin apuro. El femenino se toma su tiempo, espera el momento maduro para las cosas. En vosotros se está madurando el contacto con el aspecto femenino crístico de vuestro Yo Superior, es decir, con el femenino materno de vosotros mismos. Es el último bastión para conquistar vuestra soberanía como seres encarnados en la 3D. Ah!, si yo hubiera comprendido esto durante mi vida encarnada, pero no lo hice con la profundidad con que lo estáis haciendo vosotros, así que os apoyo de todo corazón, para que consigáis vuestra soberanía en vida, que no es externa, conseguida por capital económico o patrimonio en casas y enseres, sino que es una soberanía interna, lo cual hace que tengáis fuera todo lo que precisáis de forma proporcional a lo que vais necesitando en vuestro camino de conciencia, es decir, en completo equilibrio para poder también disfrutar de holgura en vuestras vidas, pero sin llegar a despilfarrar, algo muy común en quien tiene plena disposición económica en la 3D.

He escuchado que acabáis de decir que a pesar de vuestras respectivas edades, es como si aún no hubierais empezado la vida, como se suele hacer la mayor parte de los seres encarnados en la 3D (es decir, que no hemos acumulado posesiones materiales para sentir seguridad a través de ellas).

Bueno, eso es porque os habéis trazado un camino diferente desde la parte más sagrada e inmaculada de vuestro ser, la parte femenina crística que os impulsa a tener la conciencia de base para construir patrimonio basado en esa conciencia, adquiriéndolo y disfrutándolo en equilibrio para ser verdaderamente degustado.

Rowina, tenéis toda una vida por delante y no es una vida desangelada sin horizonte ni futuro, con estrecheces, por no tener ahora patrimonio. Tenéis el mejor patrimonio que ahora se puede tener, el de conciencia, el único que os puede permitir tener un patrimonio sostenible y disfrutable sin sacrificios ni esclavitudes exteriores (se refiere a estar endeudados durante muchísimos años para poder tener una casa).

De esto nos dimos cuenta tarde, algunos avanzados de la sociedad, cuando ya no podíamos volver a empezar en nuestra vida con nuevos parámetros. Vosotros lo habéis descubierto antes, a tiempo, jóvenes, sacadle provecho (se dio la media vuelta y se marchó).

Cuando Sinlin y yo hablamos por última vez con Elisabeth, le pregunté por Einstein y esto fue lo que nos dijo.

Rowina: Eli, anoche te vi venir junto a Einstein. Él me dijo que sois amigos cuando me habló hace un par de días, aunque no estaba en tu equipo de trabajo ¿es así? ¿qué participación tiene él para que esta situación que hay con nuestro yo superior se equilibre? ¿por qué nos dijo que la apariencia de enfermedad que estábamos pasando en realidad era que estábamos quemando todo reducto de unión con la parte masculina del yo superior, ¿es así?

Eli: Nuestra amistad se da más ahora que antes, siempre le admiré, por su labor y esfuerzo.

Siento que él aún tiene alguna sensación desagradable respecto de su paso por la 3D porque sus descubrimientos no fueron bien enfocados.

Sí, tal como él te dijo, Igneón y tú están quemando partes de la unión que aún conservaban con el aspecto masculino de su yo superior, y es porque la energía femenina crística es más fuerte cada vez en ustedes, es ahora la energía que portan más abiertamente.

Eli: Esa quema causa molestias que son -de alguna manera- visibles en los cuerpos físicos.

Rowina: Entiendo, ¡Qué cosa lo de Einstein!, sí, sé que sus descubrimientos no los utilizaron bien y supongo que a él de dañó en el corazón lo que hicieron con sus investigaciones. Creo que la bomba atómica se basó en los descubrimientos de Einstein, no me extraña que no se sienta bien con eso, y ¿qué piensa hacer al respeto? ¿por qué se ha sentido llamado a venir a verme? siendo tan amigos, seguro que te ha dicho algo.

Eli: Siento que él ahora va a aportar lo que en ese entonces trato de hacer, pero que no fue visto como él quiso. Sé que Igneón, tu valioso compañero al cual admiro, estará encantado de recibirle, porque se entenderán maravillosamente.

Le sugerí a Igneón que le recibiera y esto fue lo que Albert le dijo.

Albert: Hola, muchacho. Finalmente puedo ser recibido por ti. Me has recibido con anterioridad ya en otras oportunidades, pero es ahora, con tu conciencia actual, que deseo ser expresado por ti. De corazón puro y de profundos sentimientos genuinos, eres quien mejor puede ahora recibirme. Gracias por darme tu voz y tu corazón.

En estos días, tanto tú como Sinlin y particularmente Rowina han sido objeto de tiro del lado masculino de quienes los crearon: sus Yo Superiores (ayer entregué los aspectos masculinos de los yo superiores a la Madre, para que fueran ordenados y equilibrados en el femenino crístico máximo que ella es) . Elisabeth ya se ha extendido magníficamente al respecto, pero quiero agregar algunas cosas, desde la vivencia de un ser que estuve encarnado como hombre en la misma 3D donde tú te encuentras, querido Igneón.

Soy crístico femenino en mi conciencia y eso ha sido un gran triunfo que he conseguido sostener (ser crístico femenino significa, apoyar siempre a la Vida). Me había retirado de la 3D con una profunda pena en mi corazón y alma. El uso de mis descubrimientos y desarrollos hacia la guerra, la opresión y el control sobre otros humanos, me dejó casi sin aliento.

Siendo de naturaleza jovial, impredecible y ligera, me entristecí profundamente con lo que mis propios hermanos humanos hicieron con la energía atómica. También con mis descubrimientos sobre el tiempo y la relatividad. (Me detuve a corregir todas las palabras mal escritas hasta aquí, disculpándome con Alberto)

No te preocupes, muchacho; yo era tanto o más disléxico que tú. Fue algo complicado manejarlo, pero finalmente lo conseguí incorporar a mi vida y conviví con ella. Al final me reía de mí mismo. (No es que me preocupe, pero sí me gustaría no tener que perder tantos ratos corrigiendo todo lo que escribo)

(Mal estudiante. Aunque con el tiempo llegaría a ser catedrático universitario, genio de la física y una de las figuras fundamentales del extraordinario progreso científico del siglo XX, el pequeño Einstein no fue un talento precoz, sino más bien lo contrario: un chico tímido de lento desarrollo intelectual y disléxico. Sus notas no eran precisamente brillantes)

El uso bélico -y de control sobre otros- de la energía, ha sido una constante en la historia humana. Sin embargo, he de decir en su favor, a favor del humano, que no todo lo malo que ha hecho es achacable a él; no. Como ya lo adelantó Elisabeth, el lado masculino del Yo Superior ha participado notablemente en el despropósito en que se ha convertido la vida humana sobre la Tierra.

A medida que la humanidad se fue complejizando socialmente, esas porciones superiores fueron tomando roles más activos en la vida humana, llevándola al borde del abismo en la que ahora se encuentra. Mi contribución ha sido involuntaria, pues jamás, como profundo respetuosos que soy de la Vida, de la Madre Crística, he querido desarrollar mi actividad científica para el control de una minoría sobre los demás.

Me he considerado un ciudadano del mundo, un embajador de la paz, un transgresor de lo social y políticamente correcto. Basta con revisar mi biografía para reírse un buen rato de todas mis transgresiones, de mis salidas geniales, literalmente geniales. (Siento que se ríe pícaramente)

Jamás he participado en ningún acto de violencia, de imposición, de control sobre los demás; jamás. Ni siquiera en los tiempos en que fui perseguido por los alemanes y “refugiado” por los estadounidenses. No lo hice entonces, no lo hice luego, ni lo haré jamás. Eso ya no forma parte de mi código interno. Ya no hay un Hitler en mi interior, agazapado a la espera de una oportunidad para aniquilarme; ya no lo hay. Podría tener muchas razones justificadas para lo contrario, pero elegí entonces y lo sigo sosteniendo: la Vida me guía y contiene, me nutre y me apoya. Hablo de nuestra Madre común (hace unos días leí otra frase de él que decía: ‘lo único que has de elegir es si vives en un universo amigable que te apoya, o por el contrario, en un universo hostil, que te agrede).

Como Elisabeth, también atravesada por la experiencia del nazismo alemán, yo elegí apoyar la Vida a pesar de todo, a pesar de la terrible trampa que mi propio Yo Superior me puso al darme los elementos para desarrollar mi teoría y la energía atómica. Ni bien lo hice, el muy ‘cabrón’ se lo entregó al mundo dominante norteamericano con finalidades no pacíficas, iniciando una carrera armamentista terrorífica que no se detuvo mientras tuve vida en la 3D, como Albert Einstein.

¿Sabes qué me ayudó a sobrellevar tremendo peso? Simplemente la sencillez de mi niño interno. Gracias a él pude reponerme y enfrentar los hechos, apoyando toda causa por la paz en Tierra de 3D. Mis cartas a los niños, mis constantes monigotadas, mis maneras de desconcertar a los serios científicos de universidad, ayudaron mucho en eso. Lo conseguí por mi perseverancia y elección de Vida.

¿Sabes? Siempre tenemos la libertad de elegir; SIEMPRE. Lo que elegimos es lo que nos demuestra en qué estado de conciencia nos encontramos. No hablo de lo que elegimos por descarte de opciones; no. Hablo de lo que elegimos verdaderamente desde nuestro propio interior. Ante cada situación tenemos que elegir. Como lo hagamos, es lo que nos puede hacer grandes o miserables. Yo elegí ser grande de conciencia, aunque era un alfeñique de cuerpo, un petiso de rulos y gran bigote. Pero detrás de ese aspecto, está el verdadero yo, el que decidió ser LIBRE.

Me di cuenta que era LIBRE cuando nada de la vida social me pudo ya conquistar. Era yo quien elegía de ella lo que vibraba con mi sentir, con mi exquisito interior. Me importó un bledo ser criticado, ridiculizado y despreciado tantas veces. Fue así porque el primero en reírse de mí fui yo mismo. Llegué a ser un genio, pero no por mis descubrimientos ni por mis investigaciones. Lo fui porque conseguí ser yo mismo; esa es la verdadera genialidad y eso es lo que he venido hoy a recordarte a ti y a quienes lean estas palabras.

 

BIOGRAFÍA DE ALBERT EINSTEIN

Albert Einstein sigue siendo una figura mítica de nuestro tiempo; más, incluso, de lo que llegó a serlo en vida, si se tiene en cuenta que su imagen, en condición de póster y exhibiendo un insólito gesto de burla, se ha visto elevada a la dignidad de icono doméstico, junto a los ídolos de la canción y los astros de Hollywood.

Sin embargo, no son su genio científico ni su talla humana los que mejor lo explican como mito, sino, quizás, el cúmulo de paradojas que encierra su propia biografía, acentuadas con la perspectiva histórica. Al Einstein campeón del pacifismo se le recuerda aún como al «padre de la bomba»; y todavía es corriente que se le atribuya la demostración del principio de que «todo es relativo» a él, que luchó encarnizadamente contra la posibilidad de que conocer la realidad significara jugar con ella a la gallina ciega.

Albert Einstein nació en la ciudad bávara de Ulm el 14 de marzo de 1879. Fue el hijo primogénito de Hermann Einstein y de Pauline Koch, judíos ambos, cuyas familias procedían de Suabia. Al siguiente año se trasladaron a Munich, en donde el padre se estableció, junto con su hermano Jakob, como comerciante en las novedades electrotécnicas de la época.

El pequeño Albert fue un niño quieto y ensimismado, que tuvo un desarrollo intelectual lento. El propio Einstein atribuyó a esa lentitud el hecho de haber sido la única persona que elaborase una teoría como la de la relatividad: «un adulto normal no se inquieta por los problemas que plantean el espacio y el tiempo, pues considera que todo lo que hay que saber al respecto lo conoce ya desde su primera infancia. Yo, por el contrario, he tenido un desarrollo tan lento que no he empezado a plantearme preguntas sobre el espacio y el tiempo hasta que he sido mayor».

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Albert Einstein en 1947

En 1894, las dificultades económicas hicieron que la familia (aumentada desde 1881, por el nacimiento de una hija, Maya) se trasladara a Milán; Einstein permaneció en Munich para terminar sus estudios secundarios, reuniéndose con sus padres al año siguiente. En el otoño de 1896, inició sus estudios superiores en la Eidgenossische Technische Hochschule de Zurich, en donde fue alumno del matemático Hermann Minkowski, quien posteriormente generalizó el formalismo cuatridimensional introducido por las teorías de su antiguo alumno. El 23 de junio de 1902, empezó a prestar sus servicios en la Oficina Confederal de la Propiedad Intelectual de Berna, donde trabajó hasta 1909. En 1903, contrajo matrimonio con Mileva Maric, antigua compañera de estudios en Zurich, con quien tuvo dos hijos: Hans Albert y Eduard, nacidos respectivamente en 1904 y en 1910. En 1919 se divorciaron, y Einstein se casó de nuevo con su prima Elsa.

Durante 1905, publicó cinco trabajos en los Annalen der Physik: el primero de ellos le valió el grado de doctor por la Universidad de Zurich, y los cuatro restantes acabaron por imponer un cambio radical en la imagen que la ciencia ofrece del universo. De éstos, el primero proporcionaba una explicación teórica, en términos estadísticos, del movimiento browniano, y el segundo daba una interpretación del efecto fotoeléctrico basada en la hipótesis de que la luz está integrada por cuantos individuales, más tarde denominados fotones; los dos trabajos restantes sentaban las bases de la teoría restringida de la relatividad, estableciendo la equivalencia entre la energía E de una cierta cantidad de materia y su masa m, en términos de la famosa ecuación E = mc², donde c es la velocidad de la luz, que se supone constante.

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Einstein con Elsa, su segunda esposa

El esfuerzo de Einstein lo situó inmediatamente entre los más eminentes de los físicos europeos, pero el reconocimiento público del verdadero alcance de sus teorías tardó en llegar; el Premio Nobel de Física, que se le concedió en 1921 lo fue exclusivamente «por sus trabajos sobre el movimiento browniano y su interpretación del efecto fotoeléctrico». En 1909, inició su carrera de docente universitario en Zurich, pasando luego a Praga y regresando de nuevo a Zurich en 1912 para ser profesor del Politécnico, en donde había realizado sus estudios. En 1914 pasó a Berlín como miembro de la Academia de Ciencias prusiana. El estallido de la Primera Guerra Mundial le forzó a separarse de su familia, por entonces de vacaciones en Suiza y que ya no volvió a reunirse con él.

Contra el sentir generalizado de la comunidad académica berlinesa, Einstein se manifestó por entonces abiertamente antibelicista, influido en sus actitudes por las doctrinas pacifistas de Romain Rolland. En el plano científico, su actividad se centró, entre 1914 y 1916, en el perfeccionamiento de la teoría general de la relatividad, basada en el postulado de que la gravedad no es una fuerza sino un campo creado por la presencia de una masa en el continuum espacio-tiempo. La confirmación de sus previsiones llegó en 1919, al fotografiarse el eclipse solar del 29 de mayo; The Times lo presentó como el nuevo Newton y su fama internacional creció, forzándole a multiplicar sus conferencias de divulgación por todo el mundo y popularizando su imagen de viajero de la tercera clase de ferrocarril, con un estuche de violín bajo el brazo.

Durante la siguiente década, Einstein concentró sus esfuerzos en hallar una relación matemática entre el electromagnetismo y la atracción gravitatoria, empeñado en avanzar hacia el que, para él, debía ser el objetivo último de la física: descubrir las leyes comunes que, supuestamente, habían de regir el comportamiento de todos los objetos del universo, desde las partículas subatómicas hasta los cuerpos estelares. Tal investigación, que ocupó el resto de su vida, resultó infructuosa y acabó por acarrearle el extrañamiento respecto del resto de la comunidad científica.

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Einstein tocando el violín, una de sus aficiones favoritas

A partir de 1933, con el acceso de Hitler al poder, su soledad se vio agravada por la necesidad de renunciar a la ciudadanía alemana y trasladarse a Estados Unidos, en donde pasó los últimos veinticinco años de su vida en el Instituto de Estudios Superiores de Princeton, ciudad en la que murió el 18 de abril de 1955.

Einstein dijo una vez que la política poseía un valor pasajero, mientras que una ecuación valía para toda la eternidad. En los últimos años de su vida, la amargura por no hallar la fórmula que revelase el secreto de la unidad del mundo hubo de acentuarse por la necesidad en que se sintió de intervenir dramáticamente en la esfera de lo político. En 1939, a instancias de los físicos Leo Szilard y Paul Wigner, y convencido de la posibilidad de que los alemanes estuvieran en condiciones de fabricar una bomba atómica, se dirigió al presidente Roosevelt instándole a emprender un programa de investigación sobre la energía atómica.

Luego de las explosiones de Hiroshima y Nagasaki, se unió a los científicos que buscaban la manera de impedir el uso futuro de la bomba y propuso la formación de un gobierno mundial a partir del embrión constituido por las Naciones Unidas. Pero sus propuestas en pro de que la humanidad evitara las amenazas de destrucción individual y colectiva, formuladas en nombre de una singular amalgama de ciencia, religión y socialismo, recibieron de los políticos un rechazo comparable a las críticas respetuosas que suscitaron entre los científicos sus sucesivas versiones de la idea de un campo unificado.

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LAS CARTAS DE ALBERT EINSTEIN Y LOS NIÑOS

Ad portas a cumplirse 56 años de la muerte y 132 años del nacimiento de Albert Einstein, desempolvo un singular libro que rescata una selección de cartas cruzadas entre el genio de la física y los niños de su época, develando su capacidad para simplificar las más complejas ideas sobre el universo y la ciencia. Sin duda la cara desconocida de un genio del que vale la pena repasar su legado.

Por momentos la gente se olvida de las mentes ilustres, y sólo se guarda vagas imágenes. Más allá de recordar el legado de Albert Einstein con su 'Teoría de la Relatividad' publicada en la revista Anales de Física (junio de 1905), es bueno retomar algunos fragmentos desconocidos de su pasado para desacralizar su perfil.

 
Mientras el próximo 14 de marzo (1879/nacimiento) y 18 de abril (1955/fallecimiento) Alemania recordará su estela, desde este espacio virtual opto por relevar un texto que lleva por título "Querido Profesor Einstein", de Editorial Gedisa, en el cual su autora, Alice Calaprice, presenta un episodio desconocido del hombre de ciencia más grande del siglo XX, reproduciendo inéditas cartas en donde el Premio Nóbel de Física se dio tiempo de responder las inquietudes de niños de todo el mundo.


Calaprice, no sólo logra capturar esta esencia, sino dar forma a una obra literaria verdaderamente refrescante, que posee además la gracia de ser prologado por su nieta Evelyn Einstein, quien ofrece la visión de un abuelo dulce aunque distante, seguido por una breve biografía, además de un ensayo sobre Einstein y la pedagogía, que derriba el mito de las malas notas del científico en la escuela. Por si fuera poco, el texto ofrece un recorrido por la vida del físico a través de una treintena de imágenes inéditas, que denotan el alma de niño que poseía.

INOCENTE CORRESPONDENCIA

cartas EinsteinEl fenómeno intelectual que detonó Einstein con sus investigaciones y apostolados trascendió del campo meramente científico, extrapolando su imagen de hombre sabio, siendo un referente a imitar por los niños de todo el orbe, quienes no vacilaron en empuñar un lápiz para escribirle acerca de sus complejas dudas en aras de respuesta del genio del momento.


Como era de esperar, de las miles de cartas que recibió, sólo logró responder unas cuantas, las que sin embargo desnudaron parte de su alma y un perfil ignorado de su personalidad, pues según se desprende del libro, disfrutaba con la compañía y curiosidad de los menores, al igual que responder las divertidas epístolas infantiles.


Así, la autora va recogiendo misivas desde 1914 hasta 1955, procedentes de Japón, India, Estados Unidos, Canadá, Austria, Alemania y Puerto Rico, lo que da cuenta de la universalidad de Einstein y su nexo con los niños, quienes le piden autógrafos, consejos y aclaraciones científicas. La celebridad da respuestas breves y didácticas.

Algunos feed back resultan interesantes, como la dinámica que genera Tyfanny, una niña que le escribe en 1946 desde Sudáfrica cuestionándole las dimensiones del espacio: “La historia no me interesa y creía que usted había vivido en el siglo XVIII o por ahí. Creo que lo había confundido con Isaac Newton o con otro. De todas formas, un día en la clase de matemática descubrí que la señorita (a la que nunca atendemos) hablaba sobre los científicos más brillantes. Mencionó que usted estaba en América y cuando le pregunté si estaba enterrado allí, y no en Inglaterra, ella me contestó: Bueno, todavía no está muerto. Me entusiasmé tanto al oír eso que casi me gano un castigo (...) Lo que más me preocupa es cómo puede ser infinito el espacio”.

La respuesta de Einstein es rápida y elocuente: “Querida Tyffany: Gracias por tu carta del 10 de julio. Debo pedirte disculpas por estar todavía entre los vivos. Aunque bueno, eso se remediará tarde o temprano”.

CONSULTAR AL GENIO

La mayoría de los niños y adolescentes que escriben a Einstein, lo hacen conscientes de que se dirigen a un científico destacado, por lo que el tono de sus cartas es de gran respeto y afecto al personaje.

Quizás por ello, el respetado hombre de ciencias suspendía por momentos sus estudios para dar respuestas amables y concisas a los niños.

Los temas tratados son variados, donde incluso es cuestionada su fe: “nos hemos planteado la pregunta ¿los científicos rezan?”, sobre su cordura: “todos los genios acaban volviéndose locos, porque en el pasado siempre ha sido así”, sobre sus gustos musicales e incluso sobre cuestiones metafísicas “por favor escríbame para decirme si la cuarta dimensión es el tiempo y explíquemelo”.

Otros niños lo invitan a ser miembro de un club, le preguntan si se considera genio o lo hacen reflexionar sobre el tiempo, la ciencia y la fe y apelan a su amistad.

UNA CARTA SELECCIONADA

Querido doctor Einstein:

Mi padre y yo vamos a construir un cohete para ir a Marte o a Venus. Esperamos que usted venga también. Queremos que venga porque necesitamos un científico y alguien que sepa conducir bien un cohete. ¿Le importa que venga Mary también? Tiene dos años. Es una niña muy simpática. Todo el mundo debe pagarse su comida, porque nos arruinaremos si tenemos que pagarlo todo nosotros. Espero que tenga un buen viaje si viene.

Con cariño,

John Culver (Indiana, 1952)

VÍDEO PRESENTACIÓN DE EINSTEIN

“La vida es muy peligrosa, no por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a mirar qué pasa”.

Einstein

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